Personajes

T. escribió un cuento en donde yo era el personaje. Conforme se desarrollaba la historia, el lector se iba dando cuenta que en realidad era Abel quien escribía el cuento y T. era el personaje.

En esos días leíamos a Paul Auster.

Después de varias novelas, yo dejé de leerlo.

Un día T. me preguntó si prefería amar o estar enamorado. Me explicó cuál era la diferencia, y recuerdo que no me quedó clara.

Nos hacemos ideas de cómo, o de quiénes son las demás personas. Construimos personajes a partir de nuestros deseos y proyecciones. Y el final de la historia siempre resulta decepcionante.